Carlitos, haciendo un verdadero esfuerzo, nos acompañó hasta la playa y, aunque trataba de escaquearse por entre las rocas con la disculpa de pillar algún cangrejo, al final conseguimos que se diera un baño con nosotros. ¡Que bien lo pasamos!. Nadamos un buen rato gozando del agua, que estaba calentísima, y del maravilloso paisaje que nos rodeaba. Carlitos cantaba feliz observando a Martín y echándole piropos. Le dije:
-Carlitos, ¿qué bien te lo pasas eh?
ya imagináis la respuesta ¿verdad?
- qué va, esto para mi es terrible, no soporto el agua ni la playa.
Bueno, yo creo que en el fondo le estaba prestando, aunque solo fuera por estar con Martín y conmigo.
Después del baño, una ducha y seguidamente nos fuimos a cenar al “Molin del Puertu” y, allí, improvisamos una cena espléndida, ya que no pudimos comernos una parrillada de marisco, porque ésta, había que solicitarla por encargo con anterioridad. De todos modos, las llámpares, chipironnes y los xargos, también estaban deliciosos. Después de un rato de charla, hacia las 23,30 nos fuimos a casa. ¡Hasta pronto Martín! un abrazo. Ver algunas fotos.
Carlos y Marcelino.
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