miércoles, 19 de noviembre de 2008

Recuerdos del verano



















Después de una comida familiar en Boal, nos fuimos al salto de Doiras. Estaba como una balsa de aceite, un día espléndido y el depósito lleno de gasolina. Dimos unas cuantas vueltas por el salto. Raúl y yo nos pusimos al volante después de comprobar que no era tan difícil como creíamos, la verdad es que se conduce perfectamente como si fuera un coche. Lo más incómodo era el aire, que nos azotaba con fuerza la cara y el cuerpo, por eso era conveniente llevar una prenda de abrigo para resguardarnos de él...bueno, Raúl no necesitó ninguna prenda, iba a pecho descubierto. Fue muy emocionante y pensamos repetir la experiencia mas veces. Probamos el agua de la playa de Bañugues, que estaba bastante caliente, el marisco de Luano y una parrillada de carne en el original "Tierra Astur" de Colloto. Todo muy bueno. También esperamos repetir la próxima vez. VER FOTOS
Un abrazo
Marcelino

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